Bright Side Of The Moon

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viernes, mayo 02, 2008

La Francesada de 1808



Ya que hoy hace 200 años de la Guerra de la Independencia, os dejo algunos de los cuadros y grabados de Goya, realizados allá por el año 1815, despues de la guerra, y habiendo pedido un "prestamo" a las autoridades para comprar material. Goya, con su vision aguda de la sociedad y sus gentes, plasmó con gran crudeza los episodios sangrientos de esos años, la guerra, sus secuelas, e incluso el regreso del rey felón, Fernando VII, que anulo la constitucion liberal del 12, por una serie de edictos personalistas.

Las últimas 17 estampas de la serie de los Desastres de la Guerra recogen la situación de desengaño que supuso el regreso de Fernando VII al poder. Se les conoce por "Caprichos enfáticos" al emplear Goya un lenguaje ácido y crítico similar al de la serie de los Caprichos. Un extraño monstruo nos deja ver sus alas de vampiro y sus garras de águila; está escribiendo una nueva ley, aludiendo seguramente a los nuevos códigos que dejaban de lado la Constitución de 1812 y todo el entramado liberal de las Cortes de Cádiz. Esos nuevos códigos iban "contra el bien general" - como reza el título - ideado por los ilustrados y los que pensaban como el maestro.

Los Desastres de la Guerra constituyen la serie más dramática y terrible entre los grabados de Goya. Consta de 82 estampas que fueron realizadas por el maestro hacia 1810, aunque se introdujeron las últimas escenas hacia 1815. Temeroso de una persecución política por la dureza de los grabados, las guardó a buen recaudo y fue en 1863 cuando fueron publicadas por primera vez. La serie supone una brutal crítica a la sinrazón de un conflicto armado, sin tomar partido ni por "los buenos" ni por "los malos". Su espíritu ilustrado, que había depositado su confianza en la monarquía de José I, se vio traicionado por las brutalidades de los soldados de Napoleón. Así muestra a los franceses, de la misma manera que hace con los españoles, como auténticas máquinas de matar. Que valor! es la única estampa de la serie en la que el anciano pintor alude a un personaje concreto: la catalana Agustina de Aragón y su heroica actuación en la defensa de Zaragoza, personalizando el valor desbordado por las mujeres durante la Guerra de la Independencia. La mujer trepa por los cadáveres de los anónimos artilleros para disparar el cañón que salve a su ciudad y a la patria ante el ataque francés. La belleza de esta estampa viene motivada por su monumentalidad y su clasicismo.


Tambien en Cataluña se resistió al frances en varias batallas y en guerra de guerrillas para cortar la retaguardia del ejercito de Napoleon. La mas famosa fue en El Bruc, donde la leyenda dice que el pequeño tamborilero Isidro, el pastor, hace que el ejercito francés se retire al oír el sonido de su tambor, amplificado por el eco de las montañas de Montserrat.

Viajero, para aquí, que el francés también paró, el que por todo pasó no pudo pasar de aquí.